El vitiligo afecta al uno por ciento de la población mundial, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. No distingue edad, el sexo, la raza o la latitud geográfica en que se viva.
Llegan sin avisar y tiene predilección por ciertas zonas del cuerpo como las axilas, alrededor de la boca, los ojos, los orificios de la nariz, el ombligo, el área genital, la punta de los dedos, las manos y la ingle (donde la pierna se une con el resto del cuerpo).
Y no pasa nada con esa mancha que los especialista en dermatología llaman vitíligo, pero que en el español salvadoreño muchos llaman “bienteveo”.
El vitíligo es una enfermedad de la piel que causa manchas blancas en distintas áreas del cuerpo y se genera cuando se destruyen los melanocitos (células que producen el color o el pigmento de la piel), pero esta deficiencia corporal no es mortal. Nadie ha muerto por tener vitíligo, no obstante, el padecimiento si puede afectar lo más importante del ser humano: la salud sicológica y emocional.
“En el vitíligo tenemos dos manchas: las manchas totalmente blancas (acrómicas) y las manchas que son más pálidas que el resto de la piel que se llaman hipocrómicas”, afirma el director del Centro de Dermatología y Cirugía Cosmética (CDCC) de San Salvador y Dr. Enrique Hernández-Pérez.
El experto afirma que el vitíligo —aparentemente— no está asociado a razones emocionales, sino a descompensaciones corporales que atacan a las células que producen los melanocitos. Esto se ha podido comprobar a través de la biopsia (extracción de una muestra total o parcial de tejido para examinarla al microscopio), la cual demuestra la ausencia de la célula que da el color a la piel, es decir que estas fueron destruidas. Hernández-Pérez afirma que hay un 40% de la enfermedad que proviene de la herencia genética.
A pesar de los avances científicos en el mejor conocimiento del vitíligo, los tratamientos no consiguen en la mayoría de los casos una anulación de la enfermedad, pero hay procedimientos que dan magníficos resultados, incluso de erradicación.
“Hay dos tipos de tratamientos con resultados extraordinarios. Uno es médico y otro es quirúrgico. La primera es una medicina que se consume vía oral y después de dos horas de estar en el organismo, el paciente tiene que salir al sol durante 10 minutos. También está la medicina que se coloca en la zona afectada”, explica el experto. Y añade:
“Si el tratamiento no da resultados satisfactorios, pasamos al método quirúrgico en el que hacemos un injerto de piel sana en la zona afectada”.
El vitíligo aparece en cierta edad de la existencia. Usualmente —según el doctor Hernández-Pérez— asoma en la niñez o en la pubertad, nunca al nacer.
El también conocido como “bienteveo” está asociado con otras enfermedades, según explicó a El Diario de Hoy el Dr. Hernández-Pérez. Por ejemplo, la diabetes, hipertiroidismo y las anemias.
La vida sigue igual, si usted quiere
La enfermedad del vitíligo, si bien no causa la muerte, sí puede lesionar la autoestima de quien la padece. Esto se debe a los estigmas religiosos o fabulosos que han rodeado el tema. Por ello el médico debe evaluar el estado anímico del paciente para determinar si es necesaria la presencia de un sicólogo o siquiatra durante los tratamientos, sin embargo, recurrir a estos últimos especialistas se hace cuando hay una grave lesión emocional.
Y es que el grado de importancia que le concede la persona al vitíligo está determinada fundamentalmente por el hecho de estar localizadas —en la mayoría de ocasiones— en partes del cuerpo fácilmente visibles para los demás y es esto lo que contribuye a ser objetivo miradas o murmuraciones, al punto que la vida social del individuo se ve afectada tanto a nivel interpersonal como colectivo, pero como señala el Dr. Hernández-Pérez, esto únicamente depende de la salud emocional y de la buena autoestima del individuo, pues una persona segura de sí misma, consciente de su padecimiento sabe que el “bienteveo” no es mortal, es tratable y no afecta la vida familiar, sentimental, social o laboral.
El Dr. Hernández-Pérez también habla de una tercera opción para quienes la estética es una parte fundamental en sus vidas.
“Es viable para las personas que padecen vitíligo usar cosméticos. Si la persona no se siente bien con el padecimiento en zonas como la cara y los dedos puede usar maquillaje del color de la piel y este se adhiere fácilmente y se quita con sustancia especial. Es tan efectivo que puede usar la piscina, bañarse y el maquillaje no se cae”, afirma el dermatólogo.
El Dr. Hernández-Pérez —a pesar que el padecimiento no es mortal—recomienda a los que padecen de vitíligo que se pongan en tratamiento, pues la ausencia de este influirá para que despigmentación se expanda.
El experto no tiene datos estadísticos sobre personas que padecen vitíligo en El Salvador, pero afirma que en algún momento de la vida podríamos padecer la enfermedad.
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“La recomendación es la misma: si padece vitíligo o no tiene la enfermedad, ante cualquier sospecha consulte un dermatólogo. O hágalo nada más como prevención”, recomienda el Dr. Hernández-Pérez.
El especialista en enfermedades de la piel afirma que es necesario informarse y combatir los prejuicios acerca de las enfermedades de la cutáneas.
Y también añade que es falso que una mancha avance en todo el cuerpo o que no se pueda detener .
“El vitíligo se puede tratar y detener y la enfermedad no tiene nada que ver con el cáncer”.
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